Esto salió publicado en el diario El Páis: "Es una de las cosas más peligrosas que le puede ocurrir a un arte. El lugar ideal del arte está lejos de los museos, de las academias, de las universidades, de los críticos, de todo lo que goce del prestigio de la alta cultura; el impulso del arte más fecundo es el impulso bárbaro y sin reglas de un arte nuevo, caótico, salvaje y popular, no restringido por el prestigio intimidante y los preceptos de la alta cultura. Es lo que ocurrió con la novela moderna desde su origen hasta finales del siglo XIX y principios del XX, cuando empezó a considerarse un arte noble; hasta entonces no lo era: a mediados del XIX las novelas de Dickens o Balzac no pasaban de ser, para los cultos, entretenimientos frívolos; y, a juicio de la élite de su época, El Quijote era un best seller sin importancia escrito por un autor sin importancia". Por eso, trasladé las conferencias de los grandes museos a las calles y sitios que nos están quitando...
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